IIRSA apuesta por el Roaming Sudamericano

| miércoles, 19 de noviembre de 2008
En agosto del año 2000, en la ciudad de Brasilia, se llevó a cabo la Reunión de Presidentes de América del Sur. En esta reunión, los mandatarios de la región acordaron realizar acciones conjuntas para impulsar el proceso de integración política, social y económica suramericana, incluyendo la modernización de la infraestructura regional y acciones específicas para estimular la integración y desarrollo de subregiones aisladas.


Es en este contexto que surge la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA). IIRSA constituye un foro de diálogo entre las autoridades responsables de la infraestructura de transporte, energía y comunicaciones en los doce países suramericanos, y tiene como objetivo promover el desarrollo de la infraestructura bajo una visión regional, procurando la integración física de los países de Suramérica y el logro de un patrón de desarrollo territorial equitativo y sustentable.

Primeras Iniciativas

Hacia finales de 2004, por iniciativa de la delegación de Brasil, se incluyó en la agenda de IIRSA, el proyecto “Acuerdo de Roaming Suramericano”. En aquel entonces, se vio que la falta de un escenario armonizado de provisión de servicios de roaming constituía una traba al proceso de integración regional.

Proyecto Acuerdo de Roaming Suramericano

Durante la primera etapa del proyecto, se realizó un diagnóstico del contexto regional para la implementación del roaming integrado. Para este propósito se tuvieron en cuenta las variables socioeconómicas y de mercado. También se identificaron los actores involucrados y se evaluó el marco institucional comprendido por los acuerdos de roaming ya existentes.

El diagnóstico inicial indica que el mercado de roaming suramericano está “subdesarrollado” si se lo ve desde una perspectiva comparada frente a otras regiones del mundo.

En este estudio, se identificaron tres áreas a tener en cuenta para el desarrollo del roaming: la regulación, la tarificación y tributación, y los factores técnicos y fraude. Asimismo, se identificaron los actores involucrados en el desarrollo del este proyecto. Se distinguieron así, los organismos multilaterales (IIRSA, Regulatel, Citel), los actores de la industria (GSMA, operadores individuales), los reguladores nacionales, y los poderes estatales.


Sin embargo, a pesar de los potenciales beneficios proyectados, estos no parecen superar aún los costos y riesgos que esto supone para algunos actores. En este sentido, el principal obstáculo para el proyecto parece ser la voluntad política. El acuerdo de Roaming Suramericano, no aparece como una política pública atractiva para los gestores, ya que, ni constituye un tema que pueda adquirir una sensación de urgencia, ni sería una iniciativa que les consiguiera réditos políticos. Además, el aumento del espectro regulatorio puede ser considerada una medida impopular debido a que se le percibe como invasora del libre mercado de telecomunicaciones.

El segundo obstáculo parecen ser los mismos operadores. A pesar de los beneficios que el proyecto les puede brindar respecto a prevención del fraude e impulso del mercado, ellos aún tienen algunos cuestionamientos al proyecto. En principio, se oponen a la regulación sobre las tarifas y a la reducción de precios en alianzas ya que esto representaría una disminución en sus ganancias. Además, operadores de países con grande extensión fronteriza, muestran poca iniciativa para temas más específicos del proyecto como el roaming fronterizo.

Finalmente, la poca prioridad que se le ha venido dando al roaming entre los operadores, se he venido constituyendo en una limitación más para la implementación de este proyecto.

La segunda etapa del proyecto, consistió en evaluar las mejores prácticas a nivel mundial, en lo que a servicios de Roaming Internacional se refiere. La comparación con otras regiones permite obtener conclusiones importantes a tener en cuenta para el desarrollo de este proyecto. Experiencias como la europea o Medio Oriente, fortalecen el argumento de factibilidad de este tipo de iniciativa. Se concluye, además, que es indispensable el trabajo conjunto entre los sectores público y privado para su realización.

Actualmente, el Grupo Técnico Ejecutivo (GTE), designado para este proyecto, viene trabajando en la tercerea etapa, que consiste en el plan de acción. Para esta etapa, se espera el diseño de las estrategias que apunten a motivar a que los actores apoyen la iniciativa. Deben buscar el aumento de la demanda de servicios de roaming, de modo que esto incremente los resultados de negocio para los operadores y sean estos los que tengan la principal iniciativa para el Acuerdo de Roaming Suramericano.

Ante la limitante de que el proyecto no moviliza a la opinión pública y por lo tanto, no genera voluntad política, lo que se debe buscar es generar los incentivos para que sean los propios operadores los que presionen a sus respectivos Estados y promuevan la creación del acuerdo.
(Sobre la base de la documentación del proyecto)

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