No recuerdo haber hecho cola por más de una hora para realizar una llamada desde un teléfono público, ni recuerdo haberle pagado nunca a nadie para que me avise si recibía una llamada que fuera para mí. . Sin embargo, la situación sería obviamente distinta si en el lugar donde vivo se contara solamente con un teléfono público para toda la comunidad; y es así como tres años atrás comenzaba la historia en Challhuahuacho, y es así como se inician historias similares a lo largo de nuestro territorio, así como se fueron abriendo las puertas a las telecomunicaciones; y así como esperamos, estas mismas puertas se abran a las oportunidades.
En la presentación de un atlas al referirse a la geografía del departamento de Apurímac se advierte que es “una verdadera locura geográfica (...) que invita al asombro y la reflexión” más adelante se manifiesta que su fisiografía “ha sido tallada tan implacablemente por la erosión, que, allá por 1858, el sabio italiano Antonio Raimondi la comparo con un “papel arrugado””[i]. Todas estas referencias finalmente muestran que las provincias de Cotabambas y Grau forman parte de una geografía muy accidentada y por tanto de difícil acceso.
La situación de extrema necesidad en que se encuentran la mayoría de los pobladores de Apurímac se ve reflejado en el índice elaborado, el año 2000, por el Programa de las Naciones Unidad para el Desarrollo Humano (PNUD), el cual colocaba a la provincia de Cotabambas en el penúltimo lugar (193) en la escala de desarrollo humano. Asimismo según los cálculos del INEI, en 1995 un 33.1% de la población apurimeña era analfabeta, frente al 11.1% a nivel nacional. En cuanto a salud, Apurímac es uno de los departamentos que muestra mayores carencias; en el año 2000 contaba con sólo 2,3 médicos por cada 10,000 habitantes, una de las cifras más bajas del país.
En el cauce del Apurímac existen acantilados de hasta tres kilómetros de profundidad que muestran una formación geológica muy accidentada, que determina que las vías de comunicación terrestre deben recorrer estas pendientes y valles en medio de curvas, desvíos, subidas y declives. Estos mismos caminos convierten distancias de pocos kilómetros, en viajes de ocho a diez horas en cuidadosos autos a veinte Kph; un caminante podría tardar el mismo tiempo que un vehículo por carretera.
Por su parte, Challhuahuacho es un distrito ubicado en la provincia de Cotabambas, dentro del departamento de Apurímac; sus 5500 habitantes están principalmente dedicados a las actividades agrícolas, padres e hijos en trajes coloridos trabajan la tierra, se preparan para las ferias dominicales, y se enorgullecen de aquellos que salieron a buscar un mejor futuro. Challhuahuacho es una comunidad caracterizada, como las provincias de Cotabambas y Grau en su totalidad, por su condición de ruralidad. Para el 2002 podíamos hablar de una profunda falta de acceso y cobertura a los medios de comunicación existentes en las zonas urbanas, deficiente si es que no inexistente intercambio comercial y productivo, y la presencia de un índice de ruralidad para todo Apurímac de 62% frente a un 28% a nivel nacional según las estadísticas presentadas por el INEI.
Llega la comunicación
Lo que un teléfono público podía significar para aquellos en el 2003 quizás se asemeje a lo que para nosotros hoy en día son los celulares, un medio de comunicación básico en nuestro ajetreado día a día, una herramienta más de trabajo y una forma de mantenernos cerca cuando las distancias se han acrecentado.
Y así como a las manos de jóvenes y adultos llegó un teléfono, así también estos jóvenes y hasta quizás en mayor medida los niños conocieron lo que era sentarse frente a un monitor. En la biblioteca del pueblo una novedad llena de botones y un “ratón” de plástico, se apoderó de la atención de pobladores y vecinos de la comunidad. Cuatro computadoras con servicio de Internet y una conexión de 9.6 kbps. fueron instaladas en medio de una pequeña colección de libros. Éstas computadoras no sólo facilitaron la comunicación entre los pobladores, familiares y amigos fuera de la comunidad, sino que también favorecieron e impulsaron el proyecto de alfabetización que la bibliotecaria venía desarrollando.
Esta aventura más real que virtual tuvo sus orígenes en la ilusión de una mujer que dejó Challhuahuacho por catorce años, emigró a los Estados Unidos, formó una familia y alcanzó, el tan deseado por muchos, “sueño americano”. Pero, Ada Hoffman no olvidó su niñez, no olvidó la marginación y la pobreza, ni tampoco olvidó que la educación es un arma muy potente para enfrentarla; así pues de ella y un grupo de peruanos en el exterior organizados bajo el nombre “Quipu Net” surgió la iniciativa: un telecentro para Challhuahuacho.
Levantar una biblioteca, entregar libros, contar cuentos y discutir moralejas era la forma inicial de combatir un índice de 55.3% de extrema pobreza[ii]; pero el sueño no se quedaba ahí, ya entrado el nuevo siglo XXI. este sueño tendría que rebasar sus propias fronteras. La información, Internet, el poder de saber y el poder de comunicar tendrían que llegar a Challhuahuacho por la iniciativa de una mujer y el apoyo de instituciones comprometidas con el tema de acceso universal a las telecomunicaciones.
Para el año 2003 Osiptel realiza una visita a Challhuahuacho[iii] enterado del tema y entendiendo la relevancia del mismo en el sector rural, la apertura de una biblioteca no sólo significaba la apertura a la educación, sino la revaloración de la información y el conocimiento como medios para salir adelante en un contexto tan difícil como el rural. En este sentido se iniciaron las conversaciones necesarias con las autoridades del distrito para desarrollar los cambios estructurales que se requirieran en búsqueda de la instalación de los servicios de Internet.
Aunque el establecimiento de un bibliocentro que brindara servicios de Internet podía sonar a una de las muchas “ideas locas de los limeños” que llegaban por ahí, cabía tener en cuenta que había sido una “idea loca” la misma que dio origen al desarrollo de la biblioteca, la que había dado a los niños un espacio de educación y esparcimiento, y ahora les brindaba la apertura de una primera puerta hacia los grandes proyectos de acceso universal.
Aunque este primer paso para muchos puede resultar insignificante, constituía en realidad el gateo de una comunidad que anhelaba empezar a correr en cualquier momento. La colaboración estructural de FITEL y OSIPTEL conjuntamente con la iniciativa de “Quipu Net” permitió el desarrollo de la idea base del telecentro y las cabinas de Internet. Cuatro computadores y diversas instituciones comprometidas impulsarían un proyecto que debía servir como ejemplo para muchas de nuestras comunidades; era el inicio de una ola de cambios en Challhuahuacho.
Ahora bien, si en casa hemos decidido instalar un nuevo servicio como el de Internet ¿cómo hacemos que funcione? papá y mamá deben entender que es necesario realizar un sacrificio para contar con este nuevo servicio, deben instruir a los chicos de la casa sobre las bondades del mismo, pero también sobre los costos que implica, es decir, todos debemos entender que es necesario ahorrar un poco para pagar una nueva cuenta, debemos tener cuidado con los equipos para no obtener un nuevo gasto, y debemos usar responsablemente el tiempo que disfrutamos de este. Así también la empresa que nos concede este servicio debe mantener un nivel de calidad y cumplir con su parte del trato. En pocas palabras, todos asumimos un compromiso si es que todos queremos ganar algo, si es que todos tenemos un objetivo común.
En el caso de la comunidad de Challhuahuacho, a dos años de la inauguración del proyecto de cabinas en el bibliocentro, empezaron a surgir una serie de problemas. Aunque los beneficios que significaba el bibliocentro para la comunidad eran explícitos, aparecieron otros actores, se generaron otros intereses, y lo que venía constituyéndose como un objetivo claro en el desarrollo de la comunidad: la educación y las telecomunicaciones, empezaban a adoptar coloraciones políticas que lo tergiversaban. El compromiso que hacía sostenible este proyecto pasaba a un segundo plano, se debilitaba y se interpelaba su razón de ser.
Las Bambas
Entre fines del 2004 e inicios del 2005 empezaron a suscitarse una serie de conversaciones respecto a la renovación del convenio con “Quipunet” para lograr que la cabina en el bibliocentro continuara funcionando; pese a las negociaciones y renegociaciones que se fueron entablando, finalmente parecía haberse llegado a la decisión de que dicho convenio no se firmaría, el bibliocentro se cerraba y la Municipalidad de Challhuahuacho habría de desarrollar otra forma independiente de mantener las cabinas activas.
Para ese entonces el Proyecto Minero Las Bambas llevaba muy adelantadas sus negociaciones con el Estado para establecerse en la zona, iniciar perforaciones y levantar un asentamiento minero. Téngase en cuenta que la importancia de la actual zona que comprende las bambas se remonta a la colonia, cuando los españoles en su búsqueda de minas de oro y plata de los incas descubren en 1562[iv] la mina de Ccochasayhuas en la ex provincia de Cotabambas, la misma que ya había sido explotada por los incas. Para 1919, la provincia de Grau figuraba como una de las más importantes de Apurímac, tanto por la actividad minera de Ccochasayhuas, como también por la actividad agroindustrial que empezó a desarrollarse en Coyllurqui[v]. Este proyecto, no sólo significaba un considerable impulso a la economía de la región, sino también un considerable impulso a la economía general del país.
El bibliocentro significaba para el distrito de Challhuahuacho un avance en su desarrollo, un avance en el futuro de sus hijos, un medio que los insertaba en una nueva era de cambios; y aparecía un proyecto minero del que no se sabía mucho pero del que se creaban varios y los más diversos intereses entre la comunidad.
Estos acontecimientos coincidían con el final del convenio entre el bibliocentro u la municipalidad y dejaban entrever el repentino interés del Estado por tomar las riendas de un proyecto que ya se estaba desarrollando pertinentemente; las intenciones del gobierno no tienen porqué ser calificadas de negativas, sin embargo, las formas en que aparecían estas si se podían calificar de sospechosas.
El proyecto minero debía iniciarse y los resultados debían recolectarse cuanto antes, el gobierno debía dar visto bueno a esta situación y la comunidad necesitaba ser informada acerca de estos beneficios y entender la necesidad de su posición del lado de la minera. Los medios para alcanzar este estado de cosas no fueron los más propicios, cerrar el bibliocentro así fuera para lanzar un proyecto mayor como el de los “Centros de Innovación Municipal Huascarán” significaba un retroceso en el corto plazo, y para los miembros de la comunidad significaba privarlos de uno de las mayores beneficios que habían obtenido en los últimos tiempos aunque no fuera por parte del Estado.
El convenio con “Quipunet” no podía ni debía dejarse en el aire, el bibliocentro no podía seguir cerrado y los niños de Challhuahuacho no debían ser lo que quedaran en medio entre fuegos políticos de diverso color y alcance. Esta situación era entendida por las instituciones, los objetivos de la educación, la alfabetización y el acceso universal no se desvanecían del todo, pero nadie realmente tentaba soluciones rápidas y que consideraran a los principales actores en esta historia: los pobladores, niños, jóvenes y adultos de Challhuahuacho.
No fue otra que la fuerza de quiénes más interés tienen en el futuro de los niños la que impulsó finalmente la firma del convenio, extendiéndolo hasta Diciembre del mismo año; la fuerza de los padres de familia que apelaban por la educación de sus hijos y por ende a un mejor futuro para ellos. Challhuahuacho entendía lo que el dinero podía significar, pero también estaba consciente de que el dinero sin la suficiente educación para saber cómo, dónde y cuándo administrarlo no sirve de mucho.
El Proyecto las Bambas representa un impacto tal en la economía que elevaría las exportaciones en un 30% y el crecimiento del PBI en un 1%. Se desarrollarían hasta 10 mil empleos directos y 40 mil indirectos, se estimularía el comercio en la zona así como en todo el departamento de Apurímac.[vi]
Empero, concentrarnos en los beneficios macroeconómicos de corto plazo no nos dejan ver las necesidades y las inquietudes de los pobladores de Challhuahuacho a largo plazo, no nos dejan responder a estas y crear el ambiente favorable que constituya un escenario de negociación y equilibrio donde tanto los beneficios como los costos sean considerados y confrontados de manera transparente.
Era pues necesario tener en cuenta los problemas de confianza y liderazgo que enfrentaba dicha zona, considerar sus más próximas necesidades, y mantener un espacio de diálogo donde ellos sean voceros de sus propios intereses.[vii]
El desarrollo del bibliocentro y de las cabinas de Internet fue sin duda una iniciativa de gran importancia para el distrito de Challhuahuacho, significó el avance de la comunidad en el acceso a las telecomunicaciones, pero también se constituyó como un modelo a seguir por otras comunidades en Apurímac y Cuzco. Tanto los responsables del Proyecto Minero Las Bambas, conjuntamente con la Agencia de Promoción de la Inversión (ProInversión), el Fondo de Inversión en Telecomunicaciones (FITEL), y el Organismo de Supervisión de Inversión Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL), comprendieron la relevancia de la semilla que el bibliocentro constituía en Challhuahuacho e impulsaron su constitución en un modelo a seguir.
No sólo se permitió y apoyó el funcionamiento del primer bibliocentro, sino que además ProInversión hizo uso estratégico del fideicomiso para el desarrollo sostenible de la zona por parte de la empresa minera Xstrata AG. Suiza, para de ésta forma responder al más reciente interés de la población de las provincias de Cotabamba y Grau: Obtener instalación a Internet.
Un nuevo impulso
ProInversión en colaboración directa con OSIPTEL en lo que respecta a los temas logísticos y de infraestructura entre otros, llegó a alcanzar la instalación de cuarenta accesos a Internet en diferentes distritos a lo largo de las provincias de Cotabambas y Grau.
Tanto los padres de familia, los profesores de la zona, trabajadores de diversas especialidades, las instituciones del Estado y diversas entidades privadas han ido comprendiendo las dimensiones que tuvo el proyecto de Challhuahuacho, se han hecho conscientes de la importancia de la educación y la alfabetización de la comunidad así como la favorable relación entre éstas y el acceso universal a las telecomunicaciones.
Challhuahuacho se constituye como un distrito modelo, un ejemplo de emprendimiento y de voluntad en torno a un fin común. Un proyecto pionero de 9.6 Kbps. pudo mantenerse en pie alrededor de dos años, constituyéndose como un ejemplo único en su especie; de haberse quedado allí formaría parte de aquellas anécdotas que recordamos con nostalgia, formaría parte de ese número ya bastante grande de proyectos que fracasaron o quedaron en el olvido. Sin embargo, ¿qué hace a la experiencia de Challhuahuacho, una experiencia diferente? ¿qué la convirtió en un modelo a seguir?
Hemos de tentar como respuesta, el hecho de que el bibliocentro de Challhuahuacho se erigió como un proyecto que fue poco a poco apropiado por la comunidad; si la iniciativa llegó desde fuera, la población la tomó entre sus manos, la plantó en la tierra como una semilla, la trabajó para que desarrollase fuertes raíces, en otras palabras, la hizo suya. La comunidad se apropió de este proyecto, se creó una necesidad en torno a él, se conocieron sus ventajas y se asumió el reto. No se quedó como una iniciativa desde fuera, sino que se lograron aquellos lazos entre el proyecto mismo, los primeros organizadores, y la comunidad; se validó la importancia de la comunicación vía Internet así como la obtención de información, el entretenimiento, su uso comercial, etc. El distrito de Challhuahuacho logró lo que hoy en día es fundamental para la sostenibilidad de los proyectos de desarrollo o de promoción social; no sólo papá y mamá se involucraron, los hijos de la comunidad también, la empresa privada, las organizaciones sin fines de lucro, etc. El proyecto se hizo sostenible y se erigió como un ejemplo en tanto se alcanzó el empoderamiento de la comunidad a través de él.
Hoy en día no podemos hablar sólo de Challhuahuacho sino que debemos referirnos a toda la provincia de Grau y Cotabambas en lo que respecta a su inserción en el mundo del Internet y las telecomunicaciones. El bibliocentro que en el 2003 tuviera un humilde nacimiento daba lugar a que Proinversión considerara el acceso universal a las telecomunicaciones como un punto central en la agenda de promoción social de la minera. Ambas provincias eran conscientes del acercamiento que esta nueva herramienta les brindaba, las posibilidades que significaban para la educación e inclusive un nuevo medio de desarrollo económico. La demanda alrededor de este fenómeno superaba las expectativas, de modo tal que la oferta debía responder y era aquí donde ProInversión y Osiptel jugaban su más importante papel.
Tres años después del inicio de toda esta experiencia única en su tipo, el Ingeniero Edwin San Román volvía a visitar Cotabambas y Grau, volvía a recorrer las curvas y los acantilados de las carreteras y esta vez no sólo encontraba una antena satelital que brindaba conexión de telefonía y a la monocabina, sino que hoy en día eran once antenas satelitales, cabinas de Internet de servicio público en las municipalidad, y nuevas cabinas privadas que captaban la atención de propios y extraños.
Hace unos años atrás esta realidad estaba cubierta por aquellas ideas que nos paralizan “…es imposible… no se puede… no hay forma…”, hace unos años atrás en Challhuahuacho existía un único teléfono, colas larguísimas sobre todo los domingos para llamar a aquél hijo o padre que estaba lejos del hogar, una señora muy amable que nos decía “vuelva a llamar, yo le aviso” y un altavoz que pronunciaba el nombre de quien tenía cinco minutos para llegar a contestar la llamada. Hoy en día la estructura social de estas provincias parece haber cambiado, las relaciones cara a cara no son tan comunes como aquellas que jóvenes de diversos distritos desarrollan a través del Internet, la comunicación es bastante más sencilla haciéndole la vida más fácil a un profesor de escuela rural hasta una enfermera de la comunidad.
El uso de las TIC
Así Edwin San Román nos contaba que viajar a través de Cotabambas y Grau no significaba pues alejarse de la oficina, virtualmente el trabajo siempre estaba al día, una cabina siempre permitía mantener contacto con aquellos en Lima, el teléfono quedaba en un segundo lugar y el Messenger se hacía fundamental. Las distancias físicas como las brechas sociales se han ido y se van acortando a través de los espacios virtuales; nos acercamos, nos conocemos, nos identificamos y nos unimos en una nueva realidad. La realidad de la Sociedad de la Información se va abriendo, quizás primero para darnos un lugar como espectadores pasivos, pero quizás también, y depende de nosotros, con el tiempo darnos una posición activa y mucho más real.
Hoy en día el Internet es una realidad, es una herramienta, una semilla que creció, se transformó y de la cual se vienen recogiendo los frutos. Para el Profesor Julián Báez Valenzuela del colegio secundario Manuel Eufrasio Álvarez Durán de Cotabambas, el aprendizaje de Internet se dio por propia iniciativa estando hace seis meses en Coyllurqui distrito donde también Proinversión ha instalado una cabina de Internet en el municipio. Aunque él señale que no existe ningún programa de capacitación dirigido a los profesores, son 16 del colegio de Cotabambas los que vieron más allá de una computadora, una oportunidad. Probablemente serían los beneficios mayores si es que se desarrollaran planes de enseñanza, talleres de aprendizaje, talleres de intercambio de experiencia, sin embargo el que no toma al toro por sus astas queda mucho más atrás. Y finalmente de qué trata la vida (y esta historia) si no es de aprender a ser emprendedor, a lanzarse a la piscina, a empoderarse y ganar.
Esto mismo lo entendió el distrito de Haquira en donde desde hace más de un año funciona la cabina de Internet instalada como parte del programa social de fideicomiso impulsado por el proyecto de exploración de Las Bambas. El instituto superior de Haquira ofrece como carreras de formación la de Técnico Agrícola y Técnico en Computación e Informática. A pesar que en el distrito el acceso a Internet es muy limitado, el mismo que comprende a algunas instituciones como el gobierno municipal, las escuelas de educación primaria y secundaria, son muy pocas las familias que cuentan en sus domicilios con su propia computadora. Pese a esta realidad, los habitantes del distrito creyeron que para que sus hijos tuvieran mayores oportunidades laborales y formación era importante que el instituto superior ofrezca la carrera de Computación e Informática, aprovechando el fenómeno que en sus provincias comenzaba a tener lugar.
En entrevista realizada al encargado de la cabina de Internet Sr. Chano Arredondo Núñez, este señala que aunque los jóvenes utilizan el Internet principalmente para el uso del Messenger comunicándose con los amigos, es importante resaltar que esta herramienta ha facilitado la comunicación entre quiénes estaban lejos, y ha significado una posibilidad nueva y distinta entre los planes de estudios que podía tener los jóvenes de la comunidad.
Por su parte, la señora Martha Apaza Mamani ha encontrado esta situación como una oportunidad de negocio frente a la demanda que ha originado. Si en su momento decidió asumir un lugar tan importante como el de concesionaria del teléfono tarjetero satelital de Haquira, ahora considera seriamente administrar una cabina privada de Internet. Desde hace un par de meses instaló un equipo de radiocomunicaciones el mismo que le permite brindar los servicios de recepción y envío de giros de dinero en Haquira, cobrando el 10% de comisión del monto trasferido. Ella en la actualidad además de brindar el servicio de abarrotes y contar con dos teléfonos tarjeteros y equipo de radiocomunicaciones, está muy interesada en proveer servicios de Internet en el distrito, aún cuando la municipalidad también provee este servicio, la señora Martha señala que muchos usuarios no son atendidos en la cabina de Internet del municipio y ella visualiza, como toda una emprendedora, la posibilidad de establecer un negocio rentable y eficiente que tenga mayor acogida pese a los servicios gratuitos pero poco eficientes que existen.
Ayrihuanca es la capital del distrito de Micaela Bastidas, como parte del programa de apoyo del proyecto minero Las Bambas se ha instalado una cabina de Internet en el municipio con ocho computadoras. El director de la escuela primaria, profesor Rolando Zea contó que él esta aprovechando Internet para realizar coordinaciones para mejorar el proyecto educativo con la asesoría de profesionales de la Universidad de Educación Enrique Guzmán y Valle de Lima (La Cantuta) como parte de un diplomado que viene cursando de forma virtual. Diariamente la cabina se encuentra llena y los usuarios separan con anticipación para acceder al Internet. Entre los usuarios, dos niñas, que vienen cursando el quinto grado de primaria y en ese momento desarrollaban un capítulo de la historia del Perú, sobre el Protectorado. Ellas estaban en vacaciones de medio año, sin embargo el Protectorado les daba vueltas en la cabeza, la voz probablemente dulce de una profesora y la posibilidad de hacer tan importante tarea más sencilla con el uso del Internet.
Elías Ccarmencoa Magino vive en Palca en la comunidad de Kilcata, que forma parte del distrito de Oropesa en la provincia de Antabamba. Él es un productor alpaquero en su fundo Apuallpa que se encuentra a 5100 msnm, él cuenta en su criadero de 5000 truchas, y además tiene un pequeño invernadero que le provee verduras como tomates, lechugas y cebollas. Actualmente es un convencido de que una de las grandes carencias para lograr hacer llegar la fibra de alpaca y las truchas a los mercados es contar con medios de comunicación, que le permitan ofrecer además de fibra de alpaca y truchas; un servicio de turismo vivencial que permita que los turistas durantes unos días puedan vivir y conocer in situ las actividades de un alpaquero y a la vez disfrutar la inigualable belleza del entorno serrano de Kilcata. Desde el año 2004 ha recibido la visita de 06 turistas extranjeros los mismos que se han quedado en su fundo y han prometido volver por la belleza del paisaje, y el buen servicio prestado por Elias Carmenccoa.
Elías visita Kilkata desde 1987 y radica permanentemente desde hace 13 años. Él construyo un criadero rústico con cham’pas (terrones de tierra con pasto) y se proyecta para construir una sala de incubación de alevinos (crías de trucha). En el presente año en una feria agropecuaria realizada en la ciudad de Abancay fue el ganador como mejor criador de alpacas. Él es uno de los pocos criaderos de alpaca que realiza mejoramiento genético por selección de alpaca y desea contar sólo con aquellos animales que reúnen ciertas características de calidad.
Elías nos cuenta que antes de la llegada del teléfono satelital GTH, sus familiares sólo podían comunicarse enviando mensajes a través de Radio Tahuantinsuyo del Cusco o radio Los Andes de la Yauri (provincia de Espinar), para dar respuesta debía trasladarse en un viaje de 12 horas hasta Antabamba donde existía un teléfono en una zona que se encuentra entre los 4500 a 5000 msnm. Asimismo él dice que antes de la llegada del teléfono sólo existía equipos de radiocomunicación UHF. En la actualidad existe un teléfono tarjetero satelital instalado por el FITEL-OSIPTEL a una distancia de 2 kms de su fundo, y a una hora de viaje debido a la geografía de la zona.
En el año 2003 empezó la instalación de cabinas de acceso público de Internet en algunos distritos de Antabamba en coordinación con los municipios, en esa oportunidad Elías conjuntamente con muchos productores, niños y profesionales de cada distrito recibió capacitación en el uso de Internet, lo que le permitió abrir su dirección de correo electrónico y comunicarse a través de este. En la actualidad utiliza la web cam para comunicarse con su hijo que estudia en una universidad en la ciudad de Arequipa.
Elías que desde niño trabajó en un taller de mecánica en la ciudad de Arequipa desde sus 9 hasta los 15 años, cuya esposa Maria Carmen Yucra es hija de un negociante de fibra de alpaca, probablemente no pensó llegar a ver estos cambios en su comunidad, probablemente no se imaginó poder sacarle provecho para el desarrollo de su negocio; sin embargo Elías hoy en día piensa en su futuro, en lo que la comunicación implica para su día a día, y se va preparando para lo que vendrá.
El sueño que moviliza a este emprendedor y criador de alpaca es convertir su fundo en un centro experimental de crianza de camélidos, que paralelamente ofrezca servicios de turismo vivencial y académico en temas de crianza de alpacas. Sin embargo uno de sus grandes inconvenientes para alcanzar este sueño es la falta de servicios de comunicaciones y en particular el acceso a Internet que le permitiría no solo presentar su productos y servicios en la red, sino estar conectado con todos aquellos interesados en conocer Kilcata.
Gerardo Vilca Cuba trabaja como lustrabotas en la ciudad de Abancay tiene 12 años y cursa el segundo grado de secundaria en el colegio Miguel Grau. Él por su trabajo no aprendió a utilizar Internet en las decenas de cabinas de Internet que existen en la ciudad de Abancay, sino en la exclusiva cabina de Internet del Hotel de Turistas de Abancay que es de uso solo para las personas que se hospedan en el lugar, a quienes ofrece sus servicios. Su papá, trabaja en el ministerio de agricultura como empleado público y su madre es comerciante en un mercado de la ciudad, sin embargo él trabaja para contar con sus propios ingresos. Trabajando como lustrabotas en un día puede reunir alrededor de 10 soles que los entrega a su madre para las cosas que necesita como su ropa, sus útiles escolares. Gerardo nos cuenta que ingresa y utiliza Internet desde el año 2004, para comunicarse con sus primos que radican en Lima y con sus hermanos. También lo usa para conocer mas cosas, por ejemplo utiliza el buscador Telescopio, ingresa a jugar Gumbao y nos dice que aprendió el uso de Internet gracias al curso de computación que recibía en su colegio.
Gerardo, Elías, el profesor Rolando o la señora Martha han revalorizado el papel que la comunicación cumple en sus vidas, cada uno de ellos ve en el Internet una herramienta distinta pero sin embargo igual de útil. Ellos tomaron el proyecto de Internet en sus manos, ya no como algo desde fuera, sino como una realidad propia a su comunidad. Para ellos es una novedad que echó raíces y se convirtió en una necesidad que se equipara al concepto de desarrollo y futuro que llevan en sus ideas, para nosotros es un ejemplo de lo que debe significar el acceso universal y el empoderamiento de los proyectos sociales.
Como señalaba Edwin San Román, “… cuando se preguntó ¿qué es lo que el pueblo quiere? ya había una necesidad, se apropió la comunidad de una iniciativa. Ya no sólo está en manos de la Municipalidad, sino que aparece la competencia, y la competencia aparece cuando hay más demanda que oferta. (…) Son los pequeños emprendedores quienes lo entienden como una herramienta de trabajo y una herramienta de comunicación”
Habría ahora que pensar en darle la mano a estos emprendedores, en brindarles conocimiento para que sus sueños no queden como tales. Revalorar sus expectativas y sus deseos nos permiten reducir aquella brecha social de marginación y emprender un camino distinto a través de la inclusión. La inclusión no va sólo a través de la economía, sino que se sirve de la educación de la comunicación y la capacidad de unirnos en el camino de la Sociedad de la Información. Brechas insignificantes pueden ahora ser rebasadas más fácilmente sea a través de talleres de información y uso del Internet, o sea a través de la flexibilización de este servicio en las Municipalidades. Esta en las manos de las autoridades sacarle el mayor provecho, unirse a los pobladores en beneficios de ellos mismos, y no permitir que intereses personales, burocratización servicio, deficiencias técnicas traigan abajo algo que puede ser más grande que ellos mismos.
Si en la plaza de armas de Challhuahuacho lo único que está abierto a las once de la noche es una cabina privada de Internet, esto nos deja ver las magnitudes de esta experiencia. Nos deja comprender que el saber se constituye como un poder, un poder no sólo cultural a grandes rasgos, sino además un poder político; el poder que nos hace conocer nuestros derechos y exigir se nos brinden las oportunidades. El poder de exigirle al Estado no dinero, no un proyecto minero, no oro ni plata; sino el poder de exigirle al Estado la educación y las oportunidades para utilizar responsablemente estos beneficios económicos, el acceso a las herramientas que nos coloquen en una posición estratégica y nos permitan sacarle provecho racional y adecuado a las bondades territoriales y a las capacidades personales que nos diferencian.
Las instituciones del Estado, organizaciones como OSIPTEL, entidades privadas como Quipunet y aquellas detrás del Proyecto las Bambas, lograron entender este objetivo, lograron sobrepasar las coloraciones políticas a favor de los intereses de los más necesitados, y extender un proyecto de acceso universal aprendiendo de los errores del pasado para no volverlos a cometer.
Sin duda alguna los mayores errores se cometen al perder de vista el objetivo mayor de los proyectos, sea cual sea su índole. Las diversas instituciones que se encontraron detrás del alcance de esta experiencia llegaron a comprender lo que a primera vista se encuentra borroso por intereses particulares, aquí la minera no hablo de si, el Estado no habló de si, las entidades privadas ni las ONG`s hablaron de si mismas y se ufanaros de los alcances del proyecto; aquí se logró finalmente un objetivo común, se valorizó la educación, el empoderamiento y el aspecto social como salida de la pobreza y la marginación.
La lección fue aprendida y el modelo copiado exitosamente en diferentes distritos de la región como Coyllurqui o Haquira; la inversión manejada objetivamente, los intereses descentralizados y el rostro social del Perú profundo sinceramente favorecido. Nos nos queda más que mantener la misma línea, mantener los ojos abiertos frente al futuro y sus alternativas, ver de reojo el pasado para que los errores no nos alcancen y para aprender sabiamente de nuestros aciertos.
REFERENCIAS
[i] Gran Atlas del Perú 2005. La República. Lima. Pág. 50.
[ii] Cfr. El Comercio de Perú el 18 de Agosto del 2003. Versión electrónica disponible en http://www.asociacioncallpas.org/
[iii] La visita fue realizada por el Ing. Edwin San Román en representación del Organismo de Supervisión de Inversión Privada en Telecomunicaciones (OSIPTEL) al haber sido convocado por la propia Ada Hoffman para que conozca de la experiencia.
[iv] Proinversión (Agencia de Promoción de la Inversión Privada). 2005. Las Bambas: un modelo de desarrollo sostenible. Lima. Perú. P.42
[v] Proinversión (Agencia de Promoción de la Inversión Privada). 2005. Las Bambas: un modelo de desarrollo sostenible. Lima. Perú. P.45
[vi] Cfr. http://tic_rural.blogspot.com/2004/06/notas-en-torno-al-proceso-de_11.html
[vii] Ibíd..
1 comentarios:
Estimada Claudia:
Su articulo contiene varias imprecisiones respecto a la concepción y gestión del proyecto "Telecentro Challhuahuacho" así como al apoyo recibido de algunas entidades del Estado. Habría resultado sumamente importante contactar a los involucrados directos en el tema para tener una versión más aproximada de lo que realmente ocurrió.
Adicionalmente considero que es justo y necesario el reconocimiento a los miembros del equipo de la Asociacion "Callpas" quienes llevaron adelante esta iniciativa y a quienes a lo largo de su articulo ni siquiera se les menciona.
Principalmente gracias a ellos y al apoyo recibido de otras instituciones es que este proyecto ha tenido éxito.
Paola Bazan
Miembro Directivo de Quipunet
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